martes, 28 de julio de 2009

Integración en Latinoamerica

Hoy me comentaron que el Senador Independiente de la República de Chile, Alejandro Navarro, abogaba por la integración de los pueblos latinoamericanos. Esta noticia la llevo escuchando hace varios días y me ha dado muchas vueltas a la cabeza.

En la cátedra de Derecho Comunitario y de la Integración en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, hay dos visiones completamente contrapuestas respecto a la integración latinoamericana. Por un lado está el maestro Alberto Rioseco, profesor emérito de la Universidad de Chile, quien opina que la integración latinoamericana está a años luz de producirse, y que para llegar a ser como la UE necesitaríamos años de historia y un par de guerras que nos unan (la última apreciación es consideración mía).

Por otro lado tenermos a la profesora Iris Vittini, condecorada como profesora Jean Monnet por la UE, quien es más optimista respecto al fenómeno. Ella sabe destacar pequeños elementos que permitirían dilucidar ciertos visos integracionistas, de diversa índole, ejemplificandolo con el Convenio Andrés Bello sobre educación, cultura, ciencia y tecnología, o la supranacionalidad de las normas de la CAN destacando principalmente el Tribunal de Justicia Andino.

Ahora, la interrogante que me surge es si la integración que propugna el Senador Navarro, reconocido chavista, se encuentra en la línea de una integración como la propuesta en el ALBA o una integración más democrática como sería la madre de todas las integraciones, la UE.

Esta interrogante implica una forma muy distinta de ver la integración, tema que no voy a tratar en esta oportunidad.

Yo concuerdo en que en el mundo actual los países no pueden estar aislados, y en los momentos de necesidad, como la crisis económica que nos azota actualmente, nos hace replantear esta posibilidad (como lo está haciendo Islandia en estos días respecto a su incorporación a la UE), más cuando Chile no ha tenido una politica claramente abierta hacia la integración - lo que no quiere decir que no ha tenido una apertura al mundo, ya que las últimas décadas se han caracterizado por la firma de innumerables tratados de libre comercio, asociación estratégica, eliminación de la doble tributación internacional y otros instrumentos para liberalizar el comercio, pero todo esto no es suficiente - ya que nos encontramos como miembros asociados al MERCOSUR, ahora nuevamente a la CAN, pero en ninguno como miembro pleno. El unico proyecto integracionista en que pareciera ser que la política chilena está más comprometido es el UNASUR, más cuando la actual Presidenta Michelle Bachelet ejerce la presidencia pro tempore de esta organización (que aún no cobra vida en el derecho).

Muchos creen que el optimismo es ingenuidad, si así fuera, prefiero quedarme en esta posición, de ingenuidad, pero con la esperanza de que en algun momento la integración pueda llegar a nuestro continente, de una manera unificada y no fragmentada como hoy día la conocemos.

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